Encuentro de Organizaciones
Defender la vida, cuidarse de forma comunitaria y construir otros mundos posibles
El Encuentro de Organizaciones es un movimiento social de Argentina, que agrupa a unas 40 asambleas de diferentes barrios de la ciudad y localidades de la provincia. Sus ejes de trabajo son la alimentación, los cuidados comunitarios, la educación, la promoción de la salud y un largo etcétera, según las necesidades e intereses de cada territorio.
El Encuentro de Organizaciones es un movimiento social de Argentina, de la provincia de Córdoba (la segunda más poblada del país), que agrupa a unas 40 asambleas de diferentes barrios de la ciudad y localidades de la provincia. Desde el año 2006, reúne e impulsa experiencias organizativas en el interior de un país profundamente centralista. El amplio colectivo mixto de militantes que lo conforman se reconocen como anticapitalistas, anticoloniales y antipatriarcales e integran espacios organizativos con un fuerte arraigo territorial. Sus ejes de trabajo son la alimentación, los cuidados comunitarios, la educación, la promoción de la salud y un largo etcétera, según las necesidades e intereses de cada territorio. La autonomía, la autodeterminación y la democracia directa son pilares que sostienen y marcan su día a día.
Dentro del abanico de acciones que realizan, hay al menos tres áreas de trabajo que se encargan de los cuidados: la Rama Sociocomunitaria, las Promotoras de Salud y Casa Comunidad. Las tres están integradas en su mayoría por mujeres, a quienes se les reconoce las tareas que realizan como trabajo asalariado por parte de la organización.
En las barriadas argentinas, la olla comunitaria, los comedores, son de vital importancia. Esos espacios sostenidos por vecinas y vecinos y presentes en todas las zonas empobrecidas garantizan la alimentación de miles de familias. Además, son un germen desde el que se desarrolla la posterior organización. Por lo general, quienes se organizan para sostener diariamente esos espacios también desarrollan otras acciones para mejorar la vida de la comunidad.
Por otro lado, las promotoras de salud realizan una importante tarea en sus comunidades. Las instituciones de salud en Argentina, y Córdoba no es la excepción, desarrollan una atención insuficiente para los sectores empobrecidos. Ante esto, militantes de diferentes zonas se forman y trabajan como promotoras de salud, realizando talleres y campañas de atención.
Por último, Casa Comunidad es un espacio de promoción y acompañamiento ante situaciones de violencia de género. Pretende ser un espacio que abrace a identidades feminizadas y disidentes organizadas en el Encuentro de Organizaciones u organizaciones afines. Fue creada tratando de responder a preguntas urgentes: ¿qué hacemos con la violencia machista? ¿Cómo acompañamos a la vecina que está atravesando una situación de violencia? ¿Adónde voy si necesito irme de mi casa de urgencia? La apuesta de Casa Comunidad es tejer redes que las acompañen y prevengan las situaciones de violencia, desafiando el aislamiento y la privatización de la vida.
El Encuentro de Organizaciones tiene el objetivo de defender la vida, cuidarse de forma comunitaria y construir otros mundos posibles.
La apuesta es a construir comunidad, creando, fortaleciendo y defendiendo los espacios “entre” las personas y, en particular, “entre” identidades feminizadas y disidentes. Construir comunidad entendiendo que nadie se salva sola, que enfrentar las múltiples opresiones es aportar a transformar de raíz las estructuras sociales capitalistas, patriarcales y coloniales. Construir comunidad, algo que hacen todos los días quienes viven en las barriadas populares, en cada olla, en cada espacio para las infancias, con cada acción colectiva que le hace frente a tanto despojo.
«Las políticas se tienen que construir desde abajo, partiendo de nuestras necesidades y nuestros derechos»
Carolina Medina y Vanesa Fontanellaz son militantes del Encuentro de Organizaciones
Tenéis una perspectiva integral de los cuidados, contemplando dentro del concepto de los cuidados la alimentación, la educación digna, la gestión comunitaria de la salud…
Así es. Cuando desde el sistema público no se da respuesta a todas esas necesidades vitales es desde la propia organización, desde el propio territorio, desde donde se responde.
Cuando empezamos con la idea de organizarnos a nivel territorial, en los barrios, partíamos de la premisa de que todas queremos una vida digna. Y en el centro de esa reflexión se encontraba el qué es lo que necesitamos para que nuestras vidas sean dignas. Desde ahí comenzamos a pensar todas las cosas. Una de ellas, por ejemplo, era la alimentación, la lucha contra el hambre en nuestros barrios. Lo mismo con la lucha contra la violencia de género… Nuestras premisas como organización social son tierra, techo y trabajo para todas y todos. Es en base a esos principios que construimos todas nuestras luchas.
Frente al olvido y al abandono del estado estáis dando respuesta desde lo territorial-popular a la vulneración de derechos y necesidades fundamentales. Para vosotras, ¿qué es la comunidad? ¿Y lo comunitario? ¿Qué significa autogestión desde abajo?
Las políticas se tienen que construir desde abajo, partiendo de nuestras necesidades y nuestros derechos. Es a partir de esas necesidades y derechos vulnerados desde donde construimos toda nuestra agenda. No se pueden pensar los problemas desde arriba. Nuestra manera de construir comunidad es partiendo de lo que vemos, de lo que nos atraviesa el cuerpo. Todo lo que hacemos lo hacemos colectivamente.
Así es como trabajamos, cuidándonos entre nosotras y construyendo comunidad desde las asambleas, desde el comedor donde te juntas con tus compañeras, con las vecinas. Hablando de lo que le sucede a una, de lo que le sucede a la otra... y es desde ahí desde donde empezamos a construir todos los espacios. De otra forma no lo hubiésemos podido conseguir. Compartiendo y socializando nuestros sentires es como pudimos ir generando nuestras políticas y ponerlas en la agenda.
En cuanto a la organización, ¿cuáles serían las dificultades y los aprendizajes que sacáis del proceso llevado a cabo durante tantos años?
Funcionamos de forma asamblearia. Es en esas asambleas donde se trabajan todas las problemáticas presentes en los barrios: lo que necesitamos para nuestro comedores, para nuestras viviendas, para que nuestras vidas sean dignas. Así elaboramos nuestros reclamos que después llevamos a mesas de negociación, ya sean con el gobierno municipal, el provincial o el nacional. Eso sí, todo lo conseguido es gracias a la lucha en la calle.
¿Cuál es la relación con las instituciones? ¿Cuáles son esos reclamos de los que habláis?
Una de nuestras principales campañas fue «trabajadoras somos» para exigir que se reconociese todo ese trabajo que realizamos y que no era reconocido formalmente. Ésa fue una lucha que ganamos. Logramos que el gobierno central reconociera que lo que nosotras hacíamos era un trabajo por el que se debía pagar. Durante años lo habíamos hecho voluntariamente y sin remuneración.
Por otro lado, con el gobierno municipal tratamos temas como el de conseguir alimentos para los comedores. También conseguimos crear bibliotecas para que los niños y niñas tengan su espacio para acceder a libros y a la conexión de internet, porque hay muchos que no tienen acceso a ordenadores e internet para estudiar.
¿Cómo trabajáis la implicación en la lucha a los diferentes colectivos?
Normalmente las familias se acercan buscando ayuda, buscando alimentos, y poco a poco se involucran cada vez más. Se entusiasman con la organización y se quedan. Así se va creciendo. Nosotras hacemos ver cómo el estado nos tienen abandonadas. Hay muchas familias que no cuentan con luz, con agua potable... Hacemos que se cuestionen si esa es realmente la vida que quieren. Nosotras queremos cambiar esa forma de vida. Por lo tanto, la gente se implica para cambiar su situación de vida y mejorarla. Las luchas empiezan así. Todo se consigue convidando a la lucha y con la gente organizándose colectivamente poco a poco.
sara ibarguren. irutxuloko hitza | CC BY SA
