Entrevista: Bea Martxueta

«Debemos pivotar nuestras luchas sobre el eje del conflicto capital-vida»

 

bea martxueta Bea Martxueta es
secretaria de políticas sociales de LAB
y forma parte de la comisión socio-económica

 

LAB ha participado ha sido organizador de los III. Encuentro Ecosocialistas Internacionales. ¿en qué contexto sitúas este paso?

Cuando se nos presentó la oportunidad de celebrar las III Jornadas Internacionales en Bilbo del 23 al 25 de setiembre del 2016, como la continuación de los I Encuentros Ecosocialistas que tuvieron lugar en Ginebra en Enero del 2014 y de los II que tuvieron lugar en Madrid en Junio del 2015, junto con personas de diferentes movimientos sociales, sindicatos y organizaciones políticas de Euskal Herria, del Estado Español, de Suiza y de otros países de Europa, LAB lo tuvo claro. Debíamos estar ahí.

Porque el ecosocialismo en definitiva significa luchar en pro de una sociedad socialista.  De una sociedad socialista ecológicamente sostenible. Una sociedad que ponga fin y revierta el afán de crecimiento por el crecimiento y que viva en armonía con la naturaleza y no a expensas de ella. Un cambio global en nuestra relación como seres humanos, con el planeta que habitamos. Y, esto, debemos de aplicarlo a nuestra práctica sindical.  

Supone algún tipo de ruptura con otros valores que ha sustentado LAB?

Tal y como decíamos en el llamamiento a al Jornadas Ecosocialistas, es hora de que los pueblos, desde el ejercicio de su soberanía, asuman la responsabilidad de cambiar la actual situación. Es hora de desarrollar hasta sus últimas consecuencias el protagonismo de comunidad, de pueblo desde sus identidades plurales y propias para construir otro modelo de vivir, producir, consumir y relacionarse con el medio natural y las personas. Es hora de generar un caudal ecosocialista y feminista que cambie el curso de la corriente de la destrucción. LAB es un sindicato que aúna la lucha por todos estos valores con un comprimiso ineludible con nuestro pueblo. El sindicalismo debe renovarse e implicarse y LAB lo hace de palabra y de hecho.

Hay un diagnóstico global común que motiva estos Encuentros…

Las guerras, la desertificación, la mal llamada crisis de personas refugiadas, el agotamiento de los recursos naturales, las desigualdades, la vida a costa de otras vidas….son consecuencia de la avaricia de un sistema que ha hecho de la acumulación y concentración de capital su seña de identidad.

Nos enfrentamos, por tanto, a una crisis global, a unas crisis sistémica y civilizatoria, sin precedentes para la humanidad; una crisis estructural que origina otras tres grandes crisis; la crisis de los cuidados, la crisis ecológica y, la crisis social.

 

Entender lo que está ocurriendo de esta manera, tiene que llevar al sindicato LAB a repensar, entender y poner en práctica, que el binomio conflicto capital trabajo, debe ser complementado por otros tres grandes conflictos. El conflicto capital-cuidados, el conflicto capital-recursos naturales y el conflicto capital comunidad.

 

El movimiento social y sindical está dando pasos organizativos y políticos, como demuestran estos mismos Encuentros. ¿En qué dirección hay que caminar?

Organizar la respuesta, generar las alternativas populares que construyan otro modelo de sociedad, de producción y consumo, es el quehacer fundamental de lo que denominamos ecosocialismo.

También en Euskal Herria es urgente multiplicar la movilización, profundizar las experiencias y los proyectos alternativos, porque nadie nos va a regalar de antemano ni la soberanía, que como a todo pueblo nos corresponde, ni la mejora de nuestras condiciones de vida y trabajo. En esta batalla desigual o ganan los especuladores y rentistas o ganamos las trabajadoras y trabajadores. O, desde el movimiento socio-sindical cambiamos esto, o nadie lo hará. Y, dentro de unos años estaremos lamentando no haberlo hecho.

Tal y como lo decíamos en la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, hay que respetar los límites de la naturaleza, mediante otra forma de producción y otra forma de consumo. Vivimos en un ecosistema limitado, que no reproduce infinitamente los materiales ni absorbe infinitamente los desechos. El exceso de consumo de energía de materias primas (renovables y no renovables), fundamentalmente en los países enriquecidos, colabora activamente al agotamiento total de recursos y al cambio climático, cuyos efectos pueden ser trágicos en un futuro no muy lejano. Se impone la necesidad de otro modo de producir y consumir, que tome como base el derecho a una vida saludable.

El medio ambiente, su cuidado, la transición energética son cuestiones que han supuesto más de una contradicción a la izquierda en general y al sindicalismo en particular. ¿Cómo lo debe afrontar un nuevo modo de hacer sindicalismo?

Hablar de ecosocialismo, desde esta perspectiva sindical, es entender que el sistema capitalista es insostenible y biocida, el ansia de dinero que define al capital no tiene medida, al contrario de lo que ocurre con los recursos naturales. En definitiva, la cuestión de los recursos naturales, es un conflicto al que la clase trabajadora tiene que hacerle frente, porque según estén en manos del capital o de los pueblos, se dará un desarrollo diferente.

El sindicalismo debe defender unas condiciones de vida y trabajo dignas, con esta perspectiva muty presente. La transición energética es inevitable. Será de una manera o de otra, pero será. La insostenibilidad ecológica del sistema que nos han impuesto nos obliga a defender un modelo de vida y desarrollo sostenible para nuestro pueblo, nuestra comunidad yel conjunto de personas trabajadoras.

 

El sindicalismo debe defender unas condiciones de vida y trabajo dignas, con esta perspectiva muty presente. La transición energética es inevitable. Será de una manera o de otra, pero será. La insostenibilidad ecológica del sistema que nos han impuesto nos obliga a defender un modelo de vida y desarrollo sostenible para nuestro pueblo, nuestra comunidad yel conjunto de personas trabajadoras.

 

Tan necesario como lo expuesto parece que seamos capaces de integrar en nuestra visión y acción sindical un nuevo modo de situarnos ante los trabajos… Los cuidados, el trabajo no remunerado etc. se convierte en un eje a poner en el centro del debate.

Sin duda. El sistema capitalista se fundamenta en relaciones patriarcales y, en consecuencia establece una diferenciación de roles y relaciones jerárquicas entre las personas. La división de trabajo productivo y reproductivo impone a las mujeres trabajos sin reconocimiento económico, ni social, que las invisibiliza y domina. El sistema actual es manifiestamente incapaz de dar respuesta al problema de los cuidados desde una perspectiva socialmente eficiente y justa. Debemos de visualizar todos los trabajos socialmente necesarios (empleo remunerado, cuidados o el trabajo doméstico en su conjunto…) dándoles el reconocimiento y el valor que tienen y buscando que se repartan de una manera digna.

Pero el frente de batalla principal que concierne al sindicalismo sigue estando en el espacio de la lucha por condiciones de trabajo y vida dignas en el ámbito del empleo asalariado. El capitalismo se prepara pa multiplicar su capacidad extractiva…

La apropiación de la riqueza por cada vez menos gente genera un injusto reparto que hace aumentar la desigualdad económica y de género, impidiendo el acceso a un empleo, a unas condiciones laborales dignas, a unos servicios públicos y de calidad, a unas prestaciones sociales que garanticen el poder llevar a cabo una vida en condiciones dignas en nuestras sociedades y en nuestros pueblos. Cualquier sociedad que aspire a vivir en democracia tiene que garantizar la misma en la las relaciones de producción y en el reparto de la riqueza que produce con su trabajo.

En definitiva, hablar de ecosocialismo significa entender que en la raíz de esta catástrofe se encuentra un sistema de producción, reproducción, distribución y de consumo– el capitalismo heteropatriarcal– basado en la dinámica expansiva de la acumulación, en el consumismo y el fetichismo de las mercancías. Este sistema genera un incremento de las desigualdades, injusticia social, pobreza y exclusión. Todo ello nos indica que estamos viviendo una crisis sistémica, global y civilizatoria que requiere de una transformación y reformulación económica, social y política de todo el sistema.

¿Qué idea crees que debe extraer LAB de estos Encuentros?

Entender lo que está ocurriendo de esta manera, tiene que llevar al sindicato LAB a repensar, entender y poner en práctica, que el binomio conflicto capital trabajo, debe ser complementado por otros tres grandes conflictos. El conflicto capital-cuidados, el conflicto capital-recursos naturales y el conflicto capital comunidad.

Nosotras y nosotros debemos situar el conflicto capital-vida (englobando los tres conflictos) como eje sobre el que debemos pivotar nuestras luchas. El modelo que defendemos debe dar prioridad al sostenimiento de la vida. Debe de situar la vida en el centro y priorizar el cuidado de las personas y de nuestra tierra. Porque no respetar estos valores nos aboca a no tener futuro, ni como personas ni como pueblo.

Entrevista: Bea Martxueta
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